Aventura por el Mocoa

 Lo que más me emociona de viajar es conocer culturas diferentes, ver personas con mentalidades y formas de pensar muy diferentes. Aquella aventura por el  sur de Colombia quería que fuera diferente a las demás hasta en el modo de viajar, me enseñó muchas cosas diferentes, acá les relato una parte del Mocoa colombiano.

Conocida por las cascadas del fin del mundo pero este lugar esconde Miles de lugares mucho mejores el lado oculto del Mocoa, la verdad cuando estaba en camino tenía mucho miedo por qué como raro se decían muchas cosas terribles de este lugar pero puedo decir que solo se encontraron cosas muy buenas 

Y así comienza esta aventura ... El día de ayer quedamos de ir a conocer unas cascadas en una vereda cercana poco conocida según nos dijeron, alistamos maleta y dispuestos a conocer salimos a la avenida principal a tomar el carro, en la tienda le preguntamos a un señor de unos 70 años quien nos indico el bus.

Mientras esperamos nos contó la historia de su vida el era un trabajador de puentes el que armaba las estructuras metálicas, pero conoció al amor de su vida y se quedó por estás tierra lo dice con orgullo y le alumbra su mirada, luego nos cuenta con tristeza que ha trabajado 25 años con esa empresa y el gobierno no le ha dado la pensión que lo tiene de aquí para allá y le piden uno y otro papel, en ese trascurso llega el carro y con una sonrisa en la cara nos ayuda a subir y nos despide como si nos conociéramos de toda la vida .

En el carro van unas indígenas quienes con cuentan que viven más arriba de a dónde vamos y vinieron a Mocoa de vacaciones, y van a conocer el cañón del Mandiyaco, entre su jovialidad y naturalidad nos cuentan que van de paseo familiar, hasta con ganas de conocer este lugar.

Llegamos a una vereda indígena a conocer una cascadas conocidas por pocos, nos cuentan quien nos invitó que es un lugar privado y poco conocido, nos acercó en moto y luego a pie, al subir se siente el fresco de la selva que nos arrulla con su canto, en el camino encontramos arboles de pomarrosa hasta ahora vine a conocerla es un fruto rojo por fuera con forma de pera y blanco por dentro con una textura suave y la verdad el saber no es parecido a nada de lo que he comido antes.

En el camino nos va contando de su cultura y de bebidas sagradas como el yahe

De costumbres y también hablamos de la contaminación del planeta nos hablo de la sanación...

De un camino de trocha llegamos por un sendero dónde ya no se ve el cielo solo se ve

Mucha vegetación y enredaderas y también cabuyas como en la películas de Tarzán 

Mucha vegetación y uno que otro animal

Nos cuenta las historias de su vida y entre risas y charla se pasa el tiempo

Se siente una paz que cubre el alma lejos de la bulla

De la ciudad y nos muestra la primera caída de agua pequeña pero de un lago al otro se ve 

Una empecié de Rodadero en una pista gigante 

Cuál tallada de las manos del mas grande escultor

Se ven unos pequeños saltos de agua y luego varias

Caída de agua escalonadas y bien abajo se ve el río cauca

Con su fuerza imponente el poder de la naturaleza en todo su esplendor

Siento vértigo al mirar hacia abajo ya que es final de la caída no es posible ver 

Es como estar en otro mundo luego nos dice que si vamos a otro charco.

Subimos a la trocha y tomamos otro sendero, se nota que no entra nadie, nos cuenta que estamos en la selva y a lo lejos piedras gigantes, nos muestran hierbas sagradas y nos cuentan que con muchas de estas se controlan muchas enfermedades.

Lo más insólito sin efectos secundarios, siento una paz

Inimaginable, difícil de explicar, llegamos a la caída desde abajo se ve imponente. Y aún así es más abajo, está caída queda entre la que habíamos visto y otra para unirse al río cauca, al ver se ve la casi selva virgen y a lo lejos la cascada, me apresuró a entrar al agua por ser verano no está tan llena de agua y no por esto deja de ser imponente y hermosa.

Nos bañamos por un rato y el tiene que ir a una reunión y por tal motivo nos tuvimos que devolver rápido de vuelta nos habla de la naturaleza y su cultura,

Al devolverme no se en que momento caminamos tanto aún así se hace ameno el camino

pasa un carro 4x4 quien le pedimos que nos lleve y como atrás estaba lleno nos fuimos teniéndonos del techo fuera del carro solo tenidos de las manos, se que dirán que es inseguro pero es de lo más normal en este y otros lugares y además me gusta el fresquito de la brisa, ya lo había hecho en Antioquia y esa vez si me dio mucho miedo era trocha y la vía estaba llena de barro.

Cada curva parecía literal que el carro se fuera a voltear y una chica a mi lado me miraba y se reía, luego me comentó que eso para ella era lo más normal, así que me hice el fuerte , hasta qué me conto que una vez si se había volteado un carro, pensé entre mi que si pasaba eso podría soltarme rápidamente del carrito..

Pero eso es otra historia, llegamos bien al lugar donde dormiríamos, y luego me acosté en una hamaca mientras a lo lejos se veía la selva pero eso es  otra  historia Ruteros.

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